Para quien no conozca a Freddie Gibbs, quizá el título del artículo pueda resultar extraño; puede que a los más delicados les ofenda la comparación con 2pac. Quien haya oido hablar de este artista, comprenderá la alusión al bueno de Shakur. Y es que Gibbs es lo que llevamos muchos años esperando; la reencarnación de 2pac, el auténtico Maquiavelo.
Gibbs es originario de Gary, Indiana, el estado natal de los Jackson 5. Firmó su primer contrato discográfico en 2006, con 24 años en Interscope (Black Eyed Peas, Eminem, Kendrick Lamar, French Montana, Timbaland). Se muda entonces a Los Ángeles, pero un cambio en la directiva del sello le deja de patitas en la calle en menos de un año. Así que en 2009 lanzó un mixtape de manera gratuita a través de internet, llamado The Miseducation of Freddie Gibbs. Este trabajo recoge todo el material de estudio para el frustrado álbum debut acumulado por Gibbs hasta la fecha. En total, lanzó hasta diez mixtapes hasta el año 2013, colaborando con artistas como Young Jeezy, Krayzie Bone, Jadakiss o Curren$y. Destacan tres excepcionales trabajos cortos, que luego conformarían la base de su segundo trabajo Piñata; Thuggin’(2011), Shame (2012), y Deeper (2013). Fue en 2013 cuando lanzó (por fin) su primer album de estudio, titulado ESGN (Evil Seeds Grow Naturally). Un año más tarde, en 2014, publica Piñata, su segundo trabajo.
La acogida de ESGN fue buena pero no notable. Aunque su trabajo era cuidado, no conseguía convertirse en culturalmente significativo, en merecedor de las comparaciones con 2pac. Se le acusó de cierta falta de creatividad y una relativa pobreza de contenido. No contenía piezas que estuvieran en la línea de canciones como National Anthem, o What it be like, no introducía ningún elemento nuevo a su arsenal. Pese a que el álbum alcanzó el puesto 24 en la lista de mejores trabajos de hip-hop del 2013, la vista estaba puesta en su próximo trabajo: ¿conseguiría Gibbs ahuyentar los fantasmas y confirmar las expectativas que había despertado como futuro comandante en jefe del hip-hop? ¿ o sucumbiría a la falta de creatividad que suelen acusar muchos raperos en cuanto se acostumbran al foco mediático, y se convertiría en uno más del montón?
La respuesta fue Piñata, un trabajo en colaboración con el productor californiano Madlib, colaborador en el pasado del difunto J Dilla, y productor para elefantes como Talib Kweli, Erykah Badu o De La Soul, entre otros. Este álbum fue aclamado por la crítica, vendiendo 9000 copias la primera semana. La combinación de estilos entre artista y productor fue decisiva y excepcional. Su estilo oscuro recuerda a Mobb Deep. Varias publicaciones coincidieron en la similitud de este trabajo con la joya de 1994 Only Built 4 Cuban Linx, de RZA y Raekwon. No es coincidencia que el propio Rae colabore en el track Bomb. El álbum alcanzó el puesto 39 de las listas de mejores trabajos, el 7º en la de mejores trabajos de rap. La única pena es que, por una cuestión de decoro, el dúo se haya visto obligado a moderar el título original del trabajo: Cocaine Piñata.
En definitiva, estamos ante el nuevo rey del hip-hop. Su estilo fluido y oscuro, violento y más violento, está influenciado de manera clara por 2pac, pero también por DMX, por Ja Rule, por Ice Cube, Ol’ Dirty Bastard, UGK, Three Six Mafia o Nas.
En el año 2014, Gibbs fue asaltado a la salida de un concierto en Williamsburg, Brooklyn, Nueva York. Mientras iba en su coche junto con su séquito, un encapuchado se aproximó hacia el vehículo y comenzó a disparar. Gibbs escapó ileso, aunque dos de sus compañeros sufrieron heridas no mortales. La policia revisó los videos de las cámaras de seguridad de la discoteca, y apuntó que el tirador podría haber acabado con la vida de todos ellos si hubiera querido, especialmente con la de Gibbs. Las grabaciones mostrarían como el asaltante se mantiene un rato apuntando al rapero, y decide no ajusticiarle. Pero Freddie tenía otra versión de la historia; el titular que dió a la prensa fue «They tried to kill 2pac. They tried to kill me». Ante la pregunta de por qué alguien querría acabar con su vida, «because I’m Freddie Gibbs. They want to kill me. But I’m still alive. I’m still here.»
Talentoso, violento, egomaníaco, lider. Freddie Gibbs tiene el carisma, las letras y la ferocidad de sus influencias, pero está por ver si alcanzará su trascendencia. Tiene potencial para superarla, desde luego. Pase lo que pase, al menos para el oído amigo será un placer escuchar el estilo y la voz atemporal de este artista vecino de Michael Jackson and co. De Indiana al cielo.
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