Barrio de las letras

Bohemia Librería: Who the fuck is Henry Miller ?

Por empezar, Henry Miller no es Arthur Miller. No escribió La Muerte de un Viajante, ni fue el marido de Marilyn Monroe, aunque esto segundo le hubiera encantado. Seguramente no hubiera sido un buen marido, pero cuál es el caso, tampoco hubiera podido salvar a Marilyn de su trágico final de haberlo sido.

Henry Miller fue un escritor norteamericano y también se casó, al igual que Arthur, con una mujer estadounidense. Con una, con dos, con tres y hasta con cuatro. La mujer que estuvo con él una década, y la cual inspiró gran parte de su obra literaria, se llamaba June, y en sus libros es el personaje conocido como Mona. Henry Miller era muy crítico del tipo de vida americano, que se basaba en el consumo de bienes personales como paradigma para alcanzar la felicidad. Creía que ese modelo económico era sólo para aquellos que estaban dispuestos a someterse y entregar su vida al capitalismo salvaje, que les quitaba más de doce horas por día en grandes fábricas por salarios mucho más bajos de lo que deberían ser.

Sin embargo, esa vida promedio era la meca de prosperidad a la que muchos hombres y mujeres aspiraban. Sobre la falta de libertad y la opresión que sentía por no querer ser parte del american way of life basaba su primera literatura. Sobre eso, y sus deseos de “cruzar el charco”, como decimos los americanos a mudarnos a Europa. El otro tema fundamental de su literatura, y que la atraviesa totalmente, es el sexo.

Henry experimentaba sexualmente todo lo que podía. Se dice que su primera amante, y la que más le enseñó, tenía la edad de su madre (a pesar de que él tenía con su madre una relación muy conflictiva). En los años 20 Henry había visitado Europa junto a June. En París había conocido a Anaïs Nin, una joven escritora con muchos contactos en la ciudad que ayudó a Henry a regresar solo, diez años después de ese viaje. Anaïs, al igual que Henry, experimentaba su sexualidad y escribía sobre ello. Cuando Henry llegó con apenas diez dólares prestados por un amigo, fue Anaïs la que se encargó de él en todo sentido: le proporcionó dinero y un lugar donde vivir, además de gratas experiencias sexuales. Henry se volvió loco por ella. Se escribieron las cartas más románticas del mundo, especialmente las que él le enviaba a ella pidiéndole por favor que se divorciara de su marido para estar sólo con él, y a las que Anaïs respondía, con total naturalidad, que no veía eso posible ni necesario: su marido era un pianista rico al que ella quería mucho, y él la dejaba hacer lo que quisiera, ¿por qué debería dejarlo?

Anaïs Nin fue la impulsora de que Henry escribiera su libro más controversial: Trópico de Cáncer. En él cuenta cómo fue esa primera sensación de llegar a París, su contacto con la bohemia parisina, sus experiencias sexuales, sus días como escritor a tiempo completo (protegido y mantenido por las prostitutas del Moulin Rouge), su deseo cumplido de escapar de la sociedad norteamericana … El libro es maravilloso, y lo mejor: fue Anaïs la que escribió para Henry un prólogo hermoso.

Fue también ella la que intercedió con una editorial parisina para que Trópico de Cáncer pudiera ver la luz. Era un libro demasiado controversial y arriesgado para la época, y lo sigue siendo aún hoy. Trópico de Cáncer fue publicado por primera vez en Europa en los años treinta. Sin embargo, estuvo prohibida su circulación en Estados Unidos hasta los años sesenta. Esta prohibición se decía que tenía que ver con el alto contenido erótico del libro, aunque lo que realmente ponía incómodo al gobierno era la gran critica al modo de vida americano que Henry había expresado en la obra.

Es así que cada estado de USA tuvo que celebrar un juicio para que Trópico de Cáncer pudiera circular libremente. A medida que esa prohibición se hacía pública, más lectores querían acceder al libro prohibido. Es por eso que Trópico de Cáncer comenzó a ingresar a Estados Unidos de forma ilegal con la tapa de un libro de niñas de la época: Jane Ayre. Nadie sospechaba que bajo esas tapas aniñadas se escondían las palabras de Henry.

Recién en los años sesenta, es decir, treinta años después de su primera publicación, Trópico de Cáncer logró alcanzar una circulación legal. Tiempo suficiente para que Henry escribiera cosas muchísimo peores para cualquier norteamericano promedio. Henry nunca volvió a Estados Unidos, hizo dinero como escritor en Europa y vivió con cierta tranquilidad en Paris. Incluso jamás cobró un cheque de cuarenta mil dólares por regalías de sus libros en su propio país.

Idealista, follador compulsivo, hijo de putas (literal, las prostitutas lo cuidaban y alimentaban como a un hijo mientras él se dedicaba sólo a escribir)… todo menos un escritor. Así le gustaba denominarse a él mismo, y así me gusta abordar su literatura, más parecida a un polvo inolvidable que a leer un libro.

Texto de Gisela Monti, Bohemia Librería. @bohemia.libreria / @gisela.monti

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