John Connolly (1968) es un escritor y periodista irlandés especializado en novela policíaca. Galardonado en múltiples ocasiones, está considerado uno de los mejores escritores de novela negra y suspense a nivel internacional. Se trata de uno de los autores irlandeses más prominentes, y uno de los estandartes de un género que parece ocupar siempre un lugar inferior en la escala de respetabilidad en comparación con otros, y el que la crítica, por algún motivo, parece haber elegido su criterio para analizarlo poniendo el foco principalmente en sus peores ejemplos.
La primera novela de Connolly, Every dead thing, ve la luz en 1999, y presenta al público con el detective Charlie Parker, en el que sería el primero de una saga de hasta 20 libros dentro del mismo universo narrativo que continúa desarrollándose hoy en día, dos décadas después. La última entrega de la saga, The nameless ones, ha visto la luz en el presente año 2021.
Esta productividad le coloca a la altura de otros grandes de la novela negra contemporánea como Agatha Christie, John Grisham, John le Carré, Stephen King o Patricia Highsmith, continuando con una de las tradiciones literarias predominantes y con mayor arraigo dentro de la literatura occidental. Además de la serie del detective Charlie Parker, Connolly ha publicado un puñado de novelas, colecciones de relatos cortos, y ensayos, entre los que destacan la novela fantástica The book of lost things (2006), la antología de novelas de misterio más destacadas de la historia Books to die for, o la trilogía dirigida al público adolescente The Chronicles of the Invaders.
La novela que recomendamos hoy es la cuarta obra de la serie del detective Charlie Parker, The Reflecting Eye, traducida al español como Más allá del espejo. En esta novela, el protagonista se embarca en un viaje en busca de pistas para desentrañar los misterios que llevaron a un padre a asesinar a sus hijos en una casa que parece estar habitada por fuerzas oscuras, con la intención de evitar males mayores, haciendo buenas las elocuentes palabras del propio Connolly, «la novela negra y policíaca es un género muy interesado en la idea de que el pasado nunca es el pasado». En este thriller, el escritor originario de Dublín hace gala de su habilidad para mantener al lector en vilo y generar curiosidad y asombro a partes iguales conforme éste avanza en la lectura de la historia.
John Connolly es uno de esos autores que hacen de la novela negra un auténtico arte per se, yendo más allá del modelo imperante tradicionalmente en el género, con su formato de novela de bolsillo sin mayor trasfondo ni cometido que el de entretener al lector, quizá durante un viaje desde el punto a hasta el punto b, o quizá en un momento ocioso en una tarde de un domingo de descanso del curro.
Novelas que, más allá de su voluntad de mantener ocupado al lector, intentan valerse de los elementos característicos de la novela negra (anticipación, suspense, confusión) para comunicar valores morales y éticos, motivos trascendentales que vinculan obra y espectador de manera efectiva. Y en esto, como decimos, Connolly es un fuera de serie. A proper dubliner.