Para mí, siempre la palabra poesía fue sinónimo de belleza, y el poeta, el hacedor de esa belleza, aunque ese poema exprese tristeza o llanto. Si no leíste “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” escrito por Federico García Lorca, o la oda que tiempo después le escribió Pablo Neruda a Federico, te invito a leerlas, y comprenderás lo que he intentado expresar en esta introducción.
Hoy vamos a descubrir a un poeta joven. Su nombre es Luis Gallardo-Gil y estoy deseando que lo conozcáis a él y a su primer poemario titulado: Soy un bosque que arde.
María: Me gustaría que te presentases, Luis.
Luis Gallardo-Gil: ¡Hola a todos y todas! Me llamo Luis, aunque escribo bajo el nombre de Pluma de Ícaro. Tengo 19 años y estudio Literatura y Filología del inglés y el español en la universidad ahora mismo. Me dedico tanto a la poesía como a la narrativa, en especial de género fantástico, aunque de momento he tenido mayor suerte en lo primero que en lo segundo. Me gusta bucear, ir de excursión por ahí y hablar sobre historias que me emocionan.
María: ¿Desde cuando escribes, Luis?
Luis Gallardo-Gil: De pequeñito escribía algunas historias que me hacía ilusión contar. Tengo una que protagonizo como director de una película que se remonta a cuando tenía siete u ocho años, así que llevo contando lo que se me pasa por la cabeza desde hace bastante. Con unos diez años empecé a escribir rap porque lo veía por YouTube y me gustaba, pero la vida acabaría encaminándome por la poesía. Al principio seguía la métrica y la rima clásica, y luego (como en mi primer poemario) le perdí el miedo al verso libre. Desde hace un año escribo poemas de todo tipo y tamaño, desde haikus y sonetos hasta amalgamas de estilos. Me gusta ir probando.
María: ¿Nos recomendaría algún poeta y algún libro?
Luis Gallardo-Gil: Siempre que me preguntan algo así respondo lo mismo: Elvira Sastre y Baluarte, por abrirme el camino al verso libre y ayudarme tantísimo en momentos que lo necesitaba más que nada en el mundo. Voy a recomendar también la obra entera de Bécquer, en especial la más existencialista y menos amorosa, y el poema Do Not Go Gentle Into That Good Night, de Dylan Thomas, es también uno de mis descubrimientos del año.
María: Tu primer poemario se llama Soy un bosque que arde. ¿Qué significado tiene este título, o por qué le pusiste este título?
Luis Gallardo-Gil: A través de los poemas hay un sinfín de referencias y simbolismos con animales que se repiten. Mi idea es que cada persona es un bosque, lleno de animales distintos, siendo cada uno una «parte del alma», por así decirlo. El búho es nuestra pasividad, el conejo es nuestra fragilidad, etc. Mi mundo como adolescente fue algo complicado, y todo este bosque en el que convivían los animales empezó a arder. El hecho de que arda el bosque intenta ser una representación del episodio depresivo que viví. Mi intención no es solo dejar plasmado este fragmento de mi vida, sino compartir las enseñanzas que aprendí por el camino y enseñarle al lector que de alguna forma siempre se puede seguir, que aunque parezca que el bosque entero ha ardido siempre brotarán árboles nuevos en un futuro.
María: ¿De que tratan tus poemas?
Luis Gallardo-Gil: Bueno, creo que he respondido a esto en la anterior pregunta, pero en específico hay un puñado que son de amor, como Regalos de Navidad en junio o M(arte), otros tratan de la soledad, como A veces yo también me quedo vacío o Un lobo que aúlla cuando el resto del mundo calla. También hay un par que se centran en el autoestima, Cadáver (Festín de cuervos en primavera) y Llover(nos) es algo natural, y sobre todo de rebeldía pura y dura: Colibrís o Derrocado. Son todos poemas y temas muy diversos que de una forma u otra se relacionan y nacen de la mente de un chaval de 16-17 años.
Tú eras la botella que flotaba en alta mar
con un mensaje más importante que lo que las estrellas tuvieran que contar:
tu poesía.
Yo era el marinero que te cogió suavemente y se mojó los labios con cada gota de tinta de tus venas y te susurró un secreto mayor que el universo:
mi poesía.
Cuando la tormenta vino, resbalaste de entre mis manos y seguiste flotando por el mar
mientras yo aguardaba a que se hundiera el barco escribiendo en el cuaderno de bitácora que nuestro encuentro fue real:
así nació este poema.
Luis Gallardo-Gil. Soy un bosque que arde.
María: ¿De todos los poemas que has escrito hay alguno especial para ti?
Luis Gallardo-Gil: Todos tienen algo especial por ellos mismos. El lobo y la luna es el poema más antiguo que hay (lo escribí con 14), pero Pies de cera también es mi primer acercamiento en formato poético a poetas (poetisa en este caso) clásicos. Voy a decirte dos porque dejarlo en uno me dolería en el alma a más no poder. Con Colibrís nació el nombre y el concepto del poemario entero, y siento que expresa perfectamente una realidad peligrosa que vivimos hoy en día con tanto consumismo y prisas que nos gastamos. A veces yo también me quedo vacío, sin embargo, es una de las cosas más personales que he escrito nunca, y me hace muy feliz que esté en el libro.
El lobo pasó toda la noche aullándole a la luna, con cierta pena.
-Tan desgraciado soy- pensó- que nunca podré tener lo que siempre he andado buscando.
Bajó de la montaña y entró en su cueva. Vio los pedazos de un conejo que devoró el día anterior. Entonces, pensó en la familia de su víctima, que huyó entre mientras su padre se sacrificaba para ganarles algo de tiempo. Rio, y le dijo a lo que quedaba del conejo:
-Es gracioso que, mientras tú tienes todo lo que quieres aquí abajo estas en el cielo, y yo estoy aquí atrapado en una vida de crueldad siendo mi único deseo ir allí arriba, con mi luna.
Luis Gallardo-Gil. Soy un bosque que arde.
María: ¿Ya ronda por tu cabeza un segundo poemario?
Luis Gallardo-Gil: No uno, sino dos poemarios tengo ya planeados. Uno de ellos está acabados y se basa muchísimo en la cultura japonesa para expresar algunas de las ideas que ya se atisban en mi primer libro. El segundo aún es un concepto sin título, pero en cuanto me ponga con él creo que podré tenerlo listo pronto. Siento que de alguna forma, estos dos serán evoluciones naturales del primero, como si fueran sus hijos de alguna forma.
María: ¿Dónde se puede comprar tu poemario? Por cierto, me gusta mucho la portada. ¿Y dónde puede el lector encontrar a Luis a través de las redes sociales?
Luis Gallardo-Gil: ¡Muchas gracias! Soy un bosque que arde se puede adquirir fácilmente en la web de la editorial Adarve, o si se quisiera un ejemplar firmado se puede contactar conmigo para mirar cómo sería el envío y todo. Me encontráis tanto en Instagram como en Twitter (siendo el primero más una galería de poemas y el segundo un lugar más personal) como @plumadeicaro
María: Este espacio es para ti. Para que le cuentes al lector algo que pienses que es importante y a mí se me olvidó preguntarte.
Luis Gallardo-Gil: Creo que la entrevista fue muy completa, así que voy a aprovechar este espacio que me das para animar a todo el mundo a descubrir la poesía por su cuenta y no tanto como se la han enseñado en la escuela. Yo mismo me aburría como una ostra en algunas clases de poesía (sobre todo las más elementales) y eso que llevo escribiendo una década, pero que eso no os desanime. Buscad poemas por YouTube, por Instagram. Empapaos de versos libres o de métricas exactas, lo que más os guste. Siempre hay un poema que puede cambiarnos el día, el año o la vida. Aprovecho también para darle las gracias al lector por leer la entrevista y a ti por tenerme aquí, en tu blog.
Gracias a ti Luis por querer participar. Ya formas parte de Conociendo al autor: Conversaciones. Un espacio chiquitito que intenta llegar a los lectores presentándoles cada semana escritores talentosos.
Dime que hoy no te irás.
Quítate el maquillaje, arráncate el vestido
dame la mano.
Hoy soy gacela bebiendo agua
y mis miedos son leonas hambrientas
que tienen hijos desnutridos.
Hoy escalo diecisiete metros sobre las nubes
para escapar del humo de los cigarros de una ciudad que no me quiere.
Las estrellas fugitivas se cargan las rejas de mi ventana
y, paradójicamente, entran en esta celda oscura
a pintarme los dedos
y yo las aparto a manotazos
para despeinarme los pies
entre las sábanas
un poco más.
Luis Gallardo-Gil. Soy un bosque que arde.
María Torres.
Conociendo al autor: Conversaciones.
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