Ramón José Sender (1901 – 1982) fue un escritor y periodista español ganador del Premio Nacional de Literatura en 1935 y del Premio Planeta en 1969. Se trata de uno de los autores más prolíficos del siglo pasado en nuestro país, con una vida personal y carrera profesional repleta de obstáculos y cambios de dirección.
Tras nacer y criarse en diferentes localizaciones de la provincia de Aragón, Sender se muda a Madrid en 1918, muy joven y con la intención de continuar con su formación académica, compaginándola con diversos trabajos para ganarse la vida, y devorando en sus ratos libres toda la literatura a la que puede echar guante. En 1922 y con apenas veintiún años, se ve obligado a ingresar en el ejército para servir en la Guerra de Marruecos, escalando posiciones con frecuencia en un conflicto en el que se encontraría envuelto dos años. A su vuelta a Madrid comienza a trabajar como periodista para el prestigioso diario El Sol, y empieza a vincularse con el movimiento anarquista, lo que le costaría un viajecito a la cárcel en más de una ocasión por su conexión con movimientos de oposición al gobierno de Primo de Rivera. Ya durante esta etapa se encuentra escribiendo y publicando de manera destacada, alcanzando cierto éxito.
Con el comienzo de la Guerra Civil, Sender se separa de su familia para unirse al frente republicano, y se ve obligado a escapar a momentáneamente a Francia, dejando a sus hijos y a su mujer en España. Esta última sería pronto fusilada. Al recuperar a sus hijos y dejarlos en buenas manos en el país vecino, Ramón regresa y se une al bando republicano en Barcelona. A raíz de una serie de desavenencias con otros miembros de las tropas republicanas, se decide utilizar al periodista y novelista como voz del movimiento; se le envía a Estados Unidos con el objetivo de recabar apoyos para la causa republicana mediante charlas y conferencias, y posteriormente se le encarga la creación desde París de una revista de contenido en favor de la lucha, llamada La Voz de Madrid. El autor se marcha y no volvería a pisar el país hasta 1968, treinta años después.
Una vez se certifica la victoria del bando nacional y el ascenso al poder de Franco, Sender se exilia en México y, tras una breve estancia en el país azteca, se instala en los Estados Unidos, donde residirá hasta el día de su muerte. Desde el exilio se convierte en una de las voces más importantes de la posguerra, y en una pieza clave a través de la que nos es posible comprender más acerca del desarrollo del evento central en nuestro país en el siglo XX. Ramón J. Sender escribiría varios libros centrados en el conflicto civil en España; hoy hemos elegido centrarnos en su obra de 1953 Réquiem por un campesino español.
Publicada en México, donde logra sortear la censura del régimen franquista, la novela fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas de la historia de España elaborada por el diario El Mundo en el año 2001. Estamos ante un relato deliberadamente crudo y que se aleja de los adornos y el attrezzo en busca de la verdad y la honestidad. El narrador, el cura del pueblo de turno, nos cuenta la historia de un personaje que pretende ejemplificar al campesino español promedio, el mayor castigado por un conflicto tenebroso y sin igual, mientras se prepara para honrar su memoria en el aniversario de su muerte – muerte de la que, quizá, se sienta un poco responsable.
El escritor se vale de personajes arquetípicos a los que utiliza como vehículo para dejar bien clara su opinión acerca de las actitudes y las acciones de distintos colectivos durante la Guerra Civil en España, resultando especialmente crítico con el papel de la Iglesia Católica.
Autor de más de setenta novelas, multitud de obras de teatro y un buen puñado de ensayos, Sender es una de las estilográficas más curtidas de nuestra historia reciente. Si bien su posición política podría predisponer al lector a encontrarse con un mensaje concreto, la realidad es que la veracidad y la sobriedad con la que el escritor se maneja hacen de esta breve y adictiva lectura un must para profundizar en nuestra comprensión de la naturaleza real del conflicto, alejada de intentos de adoctrinamiento, justificaciones o excusas. Réquiem por un campesino español es un homenaje a los caídos, un tributo a los que lucharon, y el testamento de todos aquellos que no encontraron la oportunidad para sentarse a redactar el suyo propio, de manera individual y con su puño y letra. Ramón J. Sender es su portavoz autorizado.
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